jueves, 19 de enero de 2012

El vaso

Realmente, no estoy de humor. No me gusta lo que veo. Por qué, os preguntaréis; estoy rodeadas de mentes luchadoras, de espíritus inquebrantables y ánimos implacables. Pero no parece suficiente.


Gota a gota, el vaso se llena, de nuestras lágrimas y de nuestra sangre, llegando al equilibrio perfecto. ¿Una gota lo haría desbordar? Y si se desbordase, ¿tendría la suficiente fuerza para arrastrar y destruir aquel vaso-cárcel?  


Reflexiones extrañas me pasan por la cabeza. 
Lo siento, no puedo dormir...

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