jueves, 27 de diciembre de 2012

Añil

Perdida entre el humo azulado de los cigarrillos que fumas, que consumes entre tus finos labios de cuchilla, me hundo. Con el suave aroma de la menta y la hierbabuena caigo en una ensoñación violácea, magenta y añil, que transporta mi esencia incorpórea y la transmuta, cambiándola y deformándola. Y aunque no estoy, sigo estando, pues te veo, aquí, delante de mi, aún fumando, dejando escapar el humo en espirales a través de las fosas, cerrando los ojos con cada calada y tirando con un gesto leve la ceniza en el suelo. Estoy aquí, pero también estoy allá, en el añil, mezclándome, muriendo cada segundo y resurgiendo.

Te acercas a mi, pero a la vez te alejas -de mi, de mi otro yo, de la esencia perdida en lo etéreo-. Alargas la mano y me acaricias las mejillas, pasas tus dedos por mi rostro, mis labios, y siento como se eriza cada vello de mi cuerpo al tu contacto eléctrico. Me besas y abrazas y yo siento que me deshago. Me desintegro.

Abro los ojos y ya no soy yo, ni tu, pero seguimos siendo. Allí, en el añil, mezclados, junto al humo de tus cigarrillos, con el olor de la menta y la hierbabuena.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Sentimientos entrelazados


Nos miraremos a los ojos, nos mentiremos. Destrozaremos nuestros labios en el ímpetu de un, dos, tres besos. Y continuaremos tan vacíos por dentro, escondidos en la melancolía de otros ojos, de otros labios rotos. Y no será suficiente el brillo de tus ojos para iluminar mi camino, ni tu ardiente deseo encenderá mi pasión. Mintiéndonos siempre, renegando de nuestra alma. ¿Hay forma más real de amarse?

jueves, 18 de octubre de 2012

Dioses

Desde los siglos, a través de las culturas, de las épocas, hay una única cosa que, desde el inicio de las Eras, ha acompañado al ser humano, como algo inherente en él. No, no es el ideal griego de democracia, ni mucho menos, ni la monarquía absolutista con la que soñaba el Rey Sol. No son los ideales, ni los sentimientos, ni las ideas: aquello que perdura inamovible es el afán de poder, la ambición, la dominación sobre los otros, sobre los débiles. Los humanos ansiamos un tipo de "liderazgo" similar al que se da en la naturaleza. El macho alfa gana por la fuerza su titulo grajeándose así el temor y respeto de sus inferiores -aunque semejantes-, hermanos de camada.

Para esa dominación de masas se han utilizado muchas y diversas armas, como la religión, la política, e incluso en muchas ocasiones, la fuerza. Pero la más eficaz es, sin duda, el dinero.

Basamos nuestra vida en cifras, transmutamos nuestro trabajo y esfuerzo por papeles con valor simbólico. Es tanto lo que depositamos en eso que cuando que no somos capaces de ver lo insignificante que es. Nuestra época ha divinizado el dinero. No hay pirámides donde ofrecer sacrificios a este ingrato y falso Horus, no hay ceremonias, ni mito, ni alma. Y por eso estamos perdidos. Porque creemos que si perdemos a este nuevo dios, no nos quedará nada.

Nuestro escepticismo nos ha hecho pobres, creyéndonos ricos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Óvalos de luz


No podía creerlo. Era algo tan difícil de creer... No, no podía ser verdad. ¿Cómo? ¿Qué haría ahora?

Silenciando esos pensamientos, tapándose con las manos las orejas. Pero no se acababa. Esa voz sinuosa se restregaba por las paredes de su caverna mental. 

Imágenes la asaltaban en la oscuridad, cuando ella quería olvidar. Ese beso. La sonrisa al salir por la puerta. El portazo.
No. No, nunca más. Olvidar, eso era todo. Sólo olvidar. 

La misma escena, segundo a segundo, se reproducía en su mente sin que pudiese remediarlo. Los detalles, aquellos pasados por alto aquel momento, se multiplicaban en su cabeza. Lloraba sin lágrimas. Desesperada, quería desintegrarse, convertirse en humo de cigarro. Desaparecer.

Amanecía y la luz del sol se filtraba a través de la persiana, dibujando óvalos resplandecientes sobre el cuerpo de Alejo, que a su lado, dormía, sin poder sentirla.

No podría volver a sentirla, pues estaba muerta.

lunes, 8 de octubre de 2012

Obsesión


Otra vez aquellos ojos, negros como el carbón, profundos, dos lagos en los que me ahogo cada vez que, entre la multitud, los entreveo, mirándome a hurtadillas, de refilón, atravesándome, dañándome, devorándome.
Esos ojos tan negros, de Cristo, de procesión, me siguen a todas horas. Cuando bajo a la calle a comprar, cuando voy a trabajar, al volver a casa, al ducharme, los siento siempre, clavándose en mi nuca, siento su presencia pesada sobre mí.
Puedo parecer una paranoica. Yo también lo creo. Pero siempre los veo, esos ojos sin cuerpo, esa mirada abisal que me mata y me asusta.
No creo que pueda aguantar más está situación, el dolor y el temor es demasiado grande.
¿Quién es?

Hoy los he tenido más cerca. Los ojos. Ha sido en la frutería, estaba comprando como cada día. Esperaba sentir su presencia, como siempre, en la esquina. Pero entonces una respiración me ha acariciado la nuca y al girarme allí estaban. He salido aterrada de ese lugar, sin girarme, dejándome la compra. Al llegar a casa me he tirado al sofá a llorar y después he venido a escribir en mi blog. Quiero que se marche esa mirada. No puedo aguantarlo. Quiero que desaparezca.

Hace once días que no salgo de casa. Hace tres noches que no duermo y cinco que no como. Sé que está en la casa. Siento la presencia de ese ser de ojos inhumanos arrastrándose, persiguiéndome. ¿¡QUE QUIERES DE MÍ!?
Después de once días sin levantarme del sofá para lo más imprescindible, me he mirado en el espejo. El iris de mi ojo derecho parecía teñirse de negro desde el interior, al borde de la pupila. Estoy aterrada.
Después de eso he tapado todos los espejos de la casa. No quiero reflejarme y ver que mis ojos se transforman en los suyos. Ese ser no es humano.
Ya vuelve a estar aquí… Observándome…

Se ha encontrado el cadáver de una mujer de entre veinte y treinta años, posible causa de la muerte; suicidio.
Según la declaración de los vecinos, vivía sola y no tenía ni pareja ni familiares. Atravesaba un momento de depresión después de sufrir un accidente de coche junto a su marido, en el que éste había muerto.

Registrando el apartamento encontramos escrito con carmín de labios en el espejo del baño las siguientes palabras:

SON ESOS OJOS, LOS OJOS NEGROS, ME ATORMENTAN, ME PERSIGUEN, NO PUEDO MáS, QUE ME DEJEN, NO PUEDO VIVIR ASÍ, TENGO QUE ACABAR CON TODO, NO PUEDO MÁS NO PUEDO MÁS NO PUEDO MÁS…

Fotografiamos las palabras y las etiquetamos.
Al revolver la habitación de la chica nos dimos cuenta que había sábanas tapando unos espejos colgados en las paredes. Los destapamos para verificar si habría algún mensaje en estos. Pero no eran espejos, sino fotografías. Fotografías donde se apreciaba a la mujer y a su fallecido marido. Un hombre con los ojos muy negros…

jueves, 4 de octubre de 2012

Cita

Las risas, las adolescentes, apiñadas, abrazándose y chillando, conversaciones a gritos, y el inconfundible sonido húmedo y succionado de los besos al aire. Todo esto embota el ambiente. Pero, al fijarme bien, al buscarla con los oídos, la encuentro. Exhala un suspiro amortiguado por el dorso de su mano. Me vuelvo, giro sobre mi mismo, y al verla, suspiro también.

No me ha visto, tiene los ojos clavados en la novela que lee sin entender las palabras que tiene delante. No me ha visto, pero me busca; lanza rápidas miradas por encima del libro, entrecerrando los ojos. Niña tonta, ¿te has vuelto a dejar las gafas en casa?

Algo en ella me atrae, -¿sus ojos, esa manía de morderse los labios, o tal vez ese terror que la invade y la obliga a asirse a aquel libro, como si de un bote salvavidas se tratase? No lo sé... ¿Qué motivo tengo para desearla de tal manera?

No dejo que me vea, pero me intuye, sabe que estoy cerca y no para de buscarme, anhelosa, con la mirada.
Es muy bella. Me parece hasta ridículo lo ciega que están las personas cuando se trata de su propia belleza. Más de mil veces negó y renegó su atractivo, ese magnetismo que la rodea como un aura. 

Han pasado cinco minutos de la hora acordada. La veo consultando el reloj una vez..., y otra, y otra, con la vana esperanza de que el tiempo se pare, o recule, o avance. Al final, acepta estoicamente mi tardanza. Se le entristece el rostro..., pero solo un segundo, pues al siguiente sonríe levemente. Cierra el libro, doblando un extremo de la página hacia dentro, y lo guarda en su pequeño bolso. He podido ver el título: La Espuma de los días. Me gusta ese libro. Me trae recuerdos reconfortantes. Y tristes también.
La sonrisa de sus labios se ha marchitado ya, y se ha visto reemplazada por un triste mohín.

Sé que no debería hacerla esperar más, no sería justo.

Con paso decidido me acerco a ella. Nadie se percata de mi presencia, únicamente ella, que con sus enormes ojos marrones, me mira. Sonríe al verme y cierra los ojos mientras me inclino y beso sus labios. Cuando, poco a poco, me separo de ella, sus ojos, anegados de lágrimas, me miran sin ver. Poco a poco, con un suave exhalación de su último aliento, cae hacia adelante. Su cuerpo queda estirado, en forma de estrella, contra el suelo de tierra.

Siento las mejillas húmedas, mis lágrimas se desbordan, surcan mi rostro. 
Me doy la vuelta, y me alejo, sintiendo un dolor atroz en el pecho. Nadie repara en mi, nadie me ve.
Al ir fundiéndome con la tenebra que me envuelve, siento por primera vez, el dolor de segar una vida.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ausencia

Sentada frete mi escritorio, bajo la mortecina luz fosforescente, inclinada la cabeza, un brazo amarrado al néctar transparente que me mantiene en el umbral de la consciencia y la inconsciencia y el otro aguantando mi cráneo, espero, en vano, que las musas me iluminen. 

Como siempre.


Me estiro perezosamente e intento concentrarme en la hoja en blanco que tengo enfrente. Tantas sensaciones, tantos recuerdos, tantos sueños… y tan pocas palabras, o palabras de significado tan limitado, que no expresaban con exactitud lo que deseo.


O eso creía yo.

Me inclino sobre el pequeño lienzo en blanco, y no se me ocurre qué escribir… Mi mano derecha comienza a trazar una senda a través del papel, dibujando lo que no me atrevía a expresar, sintiendo el corazón encogerse.


¿Cómo explicar lo inexplicable, lo innombrable? Por mucho que viviese, por mucho que podría negarlo, santificarme, exorcizarme el corazón, pero no le olvidaría.


No hay nadie que rija el destino del amor. No hay leyes que prohíban amar a dos personas. No hay magia capaz de hacerme olvidar.
Unos ojos rasgados y oscuros, de esos que suelen mirar de refilón, de los que aterrorizan con la mirada. Los otros ojos, los de mi otro él, dorados, dulces, cálidos, una puerta abierta que te invita, que te reconforta. Los unos son hielo de ébano, los otros son caramelo. Nadie me dijo a quién debía amar. Nadie decidió por mí. 


Mientras contemplo el garabato, lágrimas de tinta de mi bolígrafo, enciendo el reproductor de música. Al igual que las palabras y los dibujos, la música es conductora de recuerdos, maquiavélica compositora de tristes sinfonías melancólicas.


Reconozco la canción que suena. Shinoflow, de voz algo aguda para tratarse de un hombre, me atraviesa con sus notas que se amoldan a la perfección con la letra.

“Claro que me cambia la cara cuando eres tú quien me la giras
Llenándote la boca de mentiras, ¿por?
¿El miedo a hacerme daño?
Me lo estás haciendo cada vez que crees que me lo estás ahorrando…
Mira piensa: lléname el depósito de besos que tengo que hacer kilómetros para tenerte lejos, porque allá donde me escape, tú me sigues. Y cuando soy yo quien te busca no sé dónde vives. Será que la soledad es compañera, que no me hace compañía y me acompaña a dónde quiera que va…”

-“Escucha como el alma te susurra “tú estás tan segura de ser insegura… Escucha como el alma te susurra “tú estás tan segura de que el tiempo lo curará…””-voy cantando, casi sin pensarlo, sintiendo cada palabra en mi interior. No entiendo bien porque.


De repente me siento cansada. Dejo que la música me transporte a otra parte, a otro mundo donde no necesite pensar en las consecuencias de mis actos, donde no sea juzgada, en el que mi vida no esté regida por la opinión ajena. Cierro los ojos y me voy adormeciendo...

Me dejo caer en la negrura onírica que me va envolviendo, que me acuna, y siento una calma y una tranquilidad infinita, una calma eterna y plena, satisfactoria.

Al ir cayendo al suelo, vislumbro los pequeños botes de color azul y verde, el que hace pocos minutos antes vacié en mi copa de vodka.

TRANXILIUM 5MG

lunes, 24 de septiembre de 2012

Se acerca el Invierno...


El invierno me destroza los labios. Los agrieta, los muerde y araña. La culpa es mía; teniendo tantas amantes, ¿por qué enamorarme de la Reina de las Nieves? Viene a mí, me besa hasta hacerme sangrar y exhala sobre mis labios su frío aliento, congelándome. 

Ella es de entre todas la más altiva y orgullosa. No la veo venir hasta que es demasiado tarde y un escalofrío recorre mi espalda. No me habla de amor, no sale conmigo al campo, ni al cine, pero algunas veces, mientras paseo por la ciudad, una corriente de gélido aire la trae a mí, y paseamos.

Tampoco me hace regalos; me tengo que conformar con el frío que se me engancha en las manos. Sin embargo, yo sí que debo hacerlos. Normalmente, se conforma con cada cálido latido en mis muñecas.

Supongo que era inevitable recaer en sus encantos. Solo me queda la esperanza de que, en marzo, su hermana, Primavera, la releve, portando con ella la dulce canción que hace florecer vida en mi corazón de hielo.

lunes, 6 de agosto de 2012

Cuento improvisado


Érase una mañana, a las siete de la mañana, que una joven doncella amanecía tardía. "¡Pardiez-se dijo- llegaré tarde a mi amada escuela y volverán a amonestarme. Debo correr"

Así que la joven dama, saliendo apresurada de su hogar, y desafiando los designios divinos que la condenaban a llegar tarde, corrió ladera abajo, tan rápido como sus piernas dieron de si.

"Oh no- se volvió a maldecir- Lady Jenn está aún en su torre, seguro. No puede ser que nos maldigan a las dos! Iré a su rescate" Y volviendo sobre sus pasos, graznó el nombre de su querida confidente, que aun dormía como un perezoso.

"Mal rayo parta a los dioses- maldijo Lady Jenn- Llegamos tarde galante doncella"

Pero en la puerta les aguardaba la mujer dragon, de nombre Ducados la Negra, un nombre maldito, que nadie le decia a la cara.

Pero nuestra joven era tan avispada como dormilona, y de su agenda escolar sacó una nota falsificada de su madre de la semana anterior que convenientemente no tenía fecha.
Lady Jenn falsificó una en tres segundos y finalmente pudieron entrar en la fortaleza.

FIN


miércoles, 20 de junio de 2012

Improvisando

Hola Gentecilla!

Despues de semanas y semanas sin vernos el pelo, ni publicar nada, aquí regreso :D
Y realmente, no tengo nada, es decir, no he preparado ningún relato, ni ningún poema ni tampoco ningún dibujo...
Así que subiré algunas fotos del fondo de mi disco duro :)


Foto tomada durante el junio del 2010
Posando conmigo: Mera

Foto tomada durante el Saló del Manga del 2011
Editada el 30 de noviembre del 2011 por Gertrudis

Foto tomada durante el 14 de julio del 2011
Posando conmigo: Dorian Gray
Foto tomada algún día del febrero del 2007
Posando conmigo: Jenn Jenn
Foto tomada en abril del 2012
Posando conmigo: Kath

martes, 22 de mayo de 2012

abcdefghijklmnopqrstuvwxyz

Ayer bebía canciones, 
desesperadamente elegidas, 
fatalmente grotescas.


Hados inconformistas,
juicioso karma.
Leo metafísicas novelas, 
                             [ñoñerías.


Ónice perfecto 
queriendo romperse.
Santificado tú.


Únicamente versos, whisky, 
xilófonos yuxtapuestos...
                               [zozobrando...

jueves, 3 de mayo de 2012

Nidos en la cabeza

Hoy, he mirado mi escritorio y había un cuervo. No sé cuanto hace que está aquí. No sé porque no se va, ni porque no se mueve. Sus plumas brillan con destellos azules.

Hoy, hay un cuervo en mi escritorio que nadie más puede ver.

Hoy, hay un cuervo en mi escritorio que nadie más puede ver. Le he llamado Tezcol. No sé de donde ha salido el nombre.

Hoy, el cuervo de mi escritorio, al que nadie más puede ver, ha volado a mi cabeza. Allí se ha hecho su nido. Me he mirado al espejo y me he reído. Mi cabeza es un nido de cuervos.

Hoy, Tezcol me ha traído un regalo. Realmente no sé si me lo ha traído, pero he visto que tenia una piedra brillante en el pico. Era un simple cristal, pero me ha hecho feliz. ¡Mi Tezcol me ha dado un regalo!

Hoy, Tezcol, el cuervo de alas azuladas, el que surgió en mi escritorio, al que nadie más puede ver, aquél que de mi pelo hizo un nido, se ha ido.

Sé que no volverá. Sé que, aunque volviese, no sería el mismo. Pero aunque me siento desdichada, no me preocupo. Miro el cristal que me trajo y pienso que, en alguna parte, alguien tiene un nido de cuervo, que nadie puede ver, en la cabeza...

jueves, 19 de abril de 2012

Visiones

Ayer, limpiando mi cuarto, y saludando a los monstruos de debajo de mi cama, encontré algo que escribí hace bastante, y querría compartirlo con todos vosotros.

Clavando 
mis ojos 
en los de otros.

Buscando,
              [sin quererlo]
en otras miradas, 
mi mirada.

Posos de tristeza, cual café,
en mi fondo.
Respirando sentimientos
              [mezclados con aire]

Viendo como eras,
y como serías,

 me perdí...

jueves, 22 de marzo de 2012

Ella se propuso no volver a sonreír… y lo consiguió




Ella se propuso no volver a sonreír y lo consiguió, por Saida Ibraimo Férez

Un argumento brillante, tétrico y mágico. Una historia única, con un trasfondo mucho más profundo de lo que se puede ver a primera vista. El autor nos muestra un maravilloso cuento de tragi-amor narrado por un narrador omnisciente y todopoderoso, que oculta más de lo que deja ver, y que añade una nota de humor ácido e irónico a la historia.

Es curioso y extraño encontrarse con  narradores tan atípicos y caóticos, que se vayan por los cerros de Úbeda antes de acabar una frese sesenta veces, pero también es atípica la situación en la que se nos muestra al protagonista. Acompañamos a este antes de nacer, por cada recorrido, deteniéndonos en cada una de las particularidades de Tóxico, en las que también se detiene el narrador para acrecentarla. El narrador quiere amplificar las diferencias entre el mundo exterior y el mundo interior, es decir, entre la gente corriente y moliente y Tóxico para diferenciarlo como un ser único. Se diferencia del resto, pero se identifica como tal tras la comparación.

La acción está ambientada en un escenario misterioso y extraño, nacido del imaginario del autor. Toda Villacuervo -y alrededores- se basa en las experiencias de Dorian y en sus referentes musicales, literarios y filosofales. Reconocemos en el discurso del narrador frases célebres que recuerdan a las canciones del autor, u otras que se extrapolan directamente de sus autores.

He de decir que la atmosfera surrealistas y estrafalaria de el mundo de Tóxico y Elizabeth me recuerda vagamente a la de La espuma de los días, de Boris Vian, por la acertada mezcla de evocaciones oníricas, situaciones dantescas, la inocencia de los personajes –excepto del narrador, él es la perversión personificada-,  y el amor puro e inmaculado, como solo puede ser el primero.

Ella se propuso no volver a sonreír… y lo consiguió es una novela azul, intrigante y sorprendente, no tanto por el tema, sino por el tono del narrador y la perspectiva narrativa, el lenguaje utilizado y el eterno dilema entre lo fugaz del amor y lo largo del olvido.

Espero que, como yo, nunca olvidéis el idilio que hubo entre Tóxico y Elizabeth. Yo sé de alguien que no podrá.



martes, 20 de marzo de 2012

Templos de mentiras


Me mira, le miro. Nos miramos. Recíprocamente nosotros. Me oculta algo. Le oculto que me oculta algo. Le miento siempre y ella me cree. Y le guardo un rencor secreto por ello. 
Me escupe verdades a la cara, cuando deslizo, invisibles, redes de mentiras alrededor de su cuello. Cuando estoy a punto de enlazar los hilos, me ataca con la verdad pura.


Me daña.


¿Quién dijo que las verdades no duelen?

martes, 6 de marzo de 2012

Saberse y no verse


Saberse y no verse
Sentirse y callar.
Gritando en silencio
Cada noche, cada día
Anhelos susurrados
Masturbatorias ansias,
                       Calladas y deseadas.
Mirarse y no reconocerse.
         Me falta algo
Incompletamente yo.
Huellas de labios en mi cuello,
Desdibujados los labios.
Vacío en mis ojos.

miércoles, 29 de febrero de 2012

300

Vaya, trescientas visitas... eso equivaldría a 100 visitas por año de vida de este blog. Supongo que son pocas. Mea culpa, mea culpa, no soy nada contante con el trabajo :) espero que a partir de ahora publique a un ritmo más allegro.


Gracias por visitar esta jaula de grillos que es mi cabeza

jueves, 23 de febrero de 2012

Milenka

No podía existir. Era tan obvio que sonreí, mirando, absorto, las blancas palmas de mis manos sudadas. ¿Cómo había estado tan ciego? ¡Era imposible que existiera! No era más que una mujer ensoñada, creada a partir de viejos retales de colores, recuerdos de mi Rusia natal, y de olores, el olor de la primavera en San Petersburgo. Nunca más volvería a ser la misma.

¡El tártaro cabello de Milenka, brillando como el ónice bajo los rayos del sol! Su ojos verdes, risueños, mirándome y riendo, bebiendo mis palabras.

Oh, Milenka, tu moriste aquél verano, junto a mi adolescencia... Y ahora, ¿cómo buscarte sin encontrarte, en el cuerpo de otras? ¿Cómo encontrar, en tus mismos labios, aquél sabor?

lunes, 30 de enero de 2012

Cáliz

Miraba fijamente la copa de néctar rosado que tenía delante. Aquello acabaría con todo. Con todos. Sonrió, y al hacerlo, la fina piel de sus labios rosados se agrietó. Hacía tanto que no sonreía. Hacía tanto que no lloraba.
La sangre manó poco a poco de los cortes de sus labios, pero ella no se limpió. Dejó que fluyera, libre. En breve, ella, como su sangre, rompería los diques de su prisión y sucumbiría al abrazo helado de lo incognoscible.
La copa estaba tallada en cristal de cuarzo, lo que le confería un brillo particular. Acercó una de sus níveas y delicadas manos al borde de la copa, siguiendo sus lineas, acariciándolas.
La vida no te da lo que recibe. Tampoco después de la tormenta viene la calma. Vienen las inundaciones, las pérdidas, los destrozos. No hay nada que apacigüe la pérdida, no hay corazón que sane y menos aún recompensas después del sufrimiento.
Ella lo sabía. Sabía todo eso. Había luchado contra esas verdades, les había dado la espalda y se había mentido a sí misma, fingiendo ser feliz. Fingiendo ser como los otros.
Pero siempre se sucumbe ante las grandes verdades del alma. Y las verdades siempre lo son mientras uno crea en ellas.
Por las mejillas de la joven se deslizaban silenciosamente lágrimas plateadas que, mientras se llevaba el cáliz de veneno a los labios, se mezclaban con su sangre. Cuando apuró la copa, en sus ojos nació un oscuro brillo de terror absoluto. La copa cayó al suelo y se rompió en mil pedazos, al igual que el alma inocente de Lucrecia.

jueves, 19 de enero de 2012

El vaso

Realmente, no estoy de humor. No me gusta lo que veo. Por qué, os preguntaréis; estoy rodeadas de mentes luchadoras, de espíritus inquebrantables y ánimos implacables. Pero no parece suficiente.


Gota a gota, el vaso se llena, de nuestras lágrimas y de nuestra sangre, llegando al equilibrio perfecto. ¿Una gota lo haría desbordar? Y si se desbordase, ¿tendría la suficiente fuerza para arrastrar y destruir aquel vaso-cárcel?  


Reflexiones extrañas me pasan por la cabeza. 
Lo siento, no puedo dormir...

lunes, 16 de enero de 2012

Ellos y nosotros


Hola
Podría empezar a quejarme, y demostrar que no estoy contenta con el sistema, con el mundo. Pero no lo voy a hacer. Tengo la desgracia  de ser una idealista, una soñadora llena de positivismo, creo fervientemente en el potencial de cada una de las personas. Creo en vosotros. Podemos hacer grandes cosas. Pero algo va mal.
Aquellos que desde arriba nos miran, con una sonrisa sardónica en los labios y mirada de hielo, aquellos que controlan los hilos de sus marionetas preferidas -los políticos-, que gozan con tirarnos migajas de pan y ver como luchamos entre nosotros por los despojos que nos dan. Esos, que llevan las riendas del mundo, que ya lo tienen todo y solo quieren jugar, deben desaparecer.
Ellos tienen armas, pero no nos tienen en cuenta. Nosotros somos más sabios, más reales que ellos, pero no lo sabemos. Debemos creer en un mañana. Debemos luchar por nuestra vida.
Pobres de nosotros. Creemos que somos libres, pero trabajamos para vivir. Y vivimos para trabajar. Encadenados de nuestras propias cadenas sociales. Ciegos y sordos y engañados. Nos venden nuestra
propia alma sin darnos cuenta, nos arrebatan nuestros sueños. Basta ya.
Hay muchos que cierran los ojos. Otros desconfían de todo y de todos. La verdad raramente es pura, y nunca es simple. Una frase de otro idealista.
Intentan mantenernos desinformados, callados y quietos. Presionan a los gobiernos con leyes radicales, contra nuestra libertad de expresión. Desinformación tocan.
No es por el dinero, ellos están por encima de eso. Es por el poder. Quieren imponer su Nuevo Orden Mundial.
Suena muy bonito, pensareis, que dominio literario que tiene esta chica. Gracias, escribir me gusta muchísimo. Pero aunque lo parezca, esto no es ficción.
No me juzguéis antes de conocerme, por favor. Aun hay cosas que no entiendo. Hay cosas que no sé. Pero quiero saber y entender, Quiero que los que ya saben, enseñen. Que los ávidos de conocimientos, aprendan. Deseo que todos vivamos en una Libertad Real, sin engaños ni prejuicios.
Soy demasiado utópica, lo sé. Pero juntos tenemos la fuerza para lograr, si no una utopía, algo similar...
El conocimiento es libre.
Somos Anónimos.
Somos Legión.
No perdonamos.
No olvidamos.
¡Esperadnos!