lunes, 8 de octubre de 2012

Obsesión


Otra vez aquellos ojos, negros como el carbón, profundos, dos lagos en los que me ahogo cada vez que, entre la multitud, los entreveo, mirándome a hurtadillas, de refilón, atravesándome, dañándome, devorándome.
Esos ojos tan negros, de Cristo, de procesión, me siguen a todas horas. Cuando bajo a la calle a comprar, cuando voy a trabajar, al volver a casa, al ducharme, los siento siempre, clavándose en mi nuca, siento su presencia pesada sobre mí.
Puedo parecer una paranoica. Yo también lo creo. Pero siempre los veo, esos ojos sin cuerpo, esa mirada abisal que me mata y me asusta.
No creo que pueda aguantar más está situación, el dolor y el temor es demasiado grande.
¿Quién es?

Hoy los he tenido más cerca. Los ojos. Ha sido en la frutería, estaba comprando como cada día. Esperaba sentir su presencia, como siempre, en la esquina. Pero entonces una respiración me ha acariciado la nuca y al girarme allí estaban. He salido aterrada de ese lugar, sin girarme, dejándome la compra. Al llegar a casa me he tirado al sofá a llorar y después he venido a escribir en mi blog. Quiero que se marche esa mirada. No puedo aguantarlo. Quiero que desaparezca.

Hace once días que no salgo de casa. Hace tres noches que no duermo y cinco que no como. Sé que está en la casa. Siento la presencia de ese ser de ojos inhumanos arrastrándose, persiguiéndome. ¿¡QUE QUIERES DE MÍ!?
Después de once días sin levantarme del sofá para lo más imprescindible, me he mirado en el espejo. El iris de mi ojo derecho parecía teñirse de negro desde el interior, al borde de la pupila. Estoy aterrada.
Después de eso he tapado todos los espejos de la casa. No quiero reflejarme y ver que mis ojos se transforman en los suyos. Ese ser no es humano.
Ya vuelve a estar aquí… Observándome…

Se ha encontrado el cadáver de una mujer de entre veinte y treinta años, posible causa de la muerte; suicidio.
Según la declaración de los vecinos, vivía sola y no tenía ni pareja ni familiares. Atravesaba un momento de depresión después de sufrir un accidente de coche junto a su marido, en el que éste había muerto.

Registrando el apartamento encontramos escrito con carmín de labios en el espejo del baño las siguientes palabras:

SON ESOS OJOS, LOS OJOS NEGROS, ME ATORMENTAN, ME PERSIGUEN, NO PUEDO MáS, QUE ME DEJEN, NO PUEDO VIVIR ASÍ, TENGO QUE ACABAR CON TODO, NO PUEDO MÁS NO PUEDO MÁS NO PUEDO MÁS…

Fotografiamos las palabras y las etiquetamos.
Al revolver la habitación de la chica nos dimos cuenta que había sábanas tapando unos espejos colgados en las paredes. Los destapamos para verificar si habría algún mensaje en estos. Pero no eran espejos, sino fotografías. Fotografías donde se apreciaba a la mujer y a su fallecido marido. Un hombre con los ojos muy negros…

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